Chile es elegido como el mejor destino de turismo aventura de Sudamérica

El turismo en Chile es un sector que ha evidenciado un alto dinamismo tanto en sus niveles de inversión, ingreso de divisas y empleo, con un aporte de 4,2% al PIB. Sin embargo, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo sitúa este crecimiento en el quinto lugar después de México, Brasil, Argentina y Venezuela, por lo que aún existen desafíos para potenciar su desarrollo.

El 50% de los viajes internacionales son motivados por el turismo de intereses especiales, una actividad que se concentra en lugares preferentemente abiertos y cuya particularidad no radica en la infraestructura o equipamiento, sino en sus activos patrimoniales, los que permanecen con un alto grado de autenticidad. Ecoturismo, agroturismo, turismo cultural, turismo termal o de bienestar y turismo científico son sólo algunas de las formas de esta variante, que a nivel mundial, crece anualmente alrededor de un 30%.

Durante el año 2018, movilizó a 60 millones de personas, generando US $19.500. La mayor cantidad de turistas con este tipo de intereses provienen de Europa, Norteamérica y Asia, a Sudamérica, África y Oceanía. En Chile, este campo específico experimenta un 15% de incremento anual.

Al compararse con otros destinos, la naturaleza chilena es sin duda el gran valor agregado del país. La geografía nacional ofrece atrayentes paisajes, poco contaminados con la presencia humana. La Patagonia o el desierto son zonas que resultan muy atractivas para habitantes de países con una alta densidad poblacional. En Bélgica, por ejemplo, hay 10 millones de personas en una dimensión que equivale a la isla de Chiloé, donde viven un poco más de 100 mil.

Chile ofrece muchas posibilidades para actividades que se enmarcan en este tipo de turismo: kayak, pesca con mosca, montañismo, trekking, turismo de observación de aves, etc. Y si a la pristinidad de los paisajes, sumamos patrimonios culturales con escasa intervención, es posible identificar un altísimo potencial de desarrollo.

Las pequeñas y medianas empresas tienen amplias posibilidades en este campo, sobre todo si trabajan desde una perspectiva asociativa. Alto del Carmen, Pica, San Pedro de Atacama y Cabo de Hornos, son sólo algunos de los ejemplos en los que la unión de las Pyme ha redundado en resultados exitosos para la actividad y finalmente para el fortalecimiento económico local. ¿Pero por qué este segmento podría estar compelido a promover la afluencia de turistas de intereses especiales? ¿Por qué asignarle esta responsabilidad? En primer lugar, porque la mayor parte de las actividades comerciales afectan y son parte del turismo. Según el informe La pyme en cifras, la principal concentración de las empresas de menor tamaño está en el sector comercio, con un 31,6% de las firmas a nivel nacional.

Los productos y servicios que se ofrecen en un destino dan cuenta de un entorno que puede resultar facilitador y agradable al visitante, o al contrario, hacerlo más difícil y poco atractivo. Tener en mente al consumidor de otras latitudes, es una tarea primordial, porque el mercado internacional es altamente competitivo, particularmente en lo referido a los estándares de calidad.

En segundo lugar, la creación de Pyme asociadas a servicios turísticos –como alimentación, alojamiento, transporte y actividades específicas- tiene entre sus características más habituales, la participación de uno o más socios originarios de los lugares en los que éstas se instalan. Se trata entonces de personas que son parte de los sitios que promueven, los conocen en profundidad, y aportan en sus empresas un componente identitario relevante.

En tercer lugar, las zonas que pueden ser atractivas para turistas de intereses especiales se caracterizan por tener un número acotado de actividades económicas con posibilidad de desarrollo Así, el turismo abre una alternativa potente, con crecientes perspectivas internacionales y que además, tiene directa relación con el nicho por el cual debe apostar el país para consolidar su imagen como destino.

Próximamente, se dará término a un proyecto en Cabo de Hornos, paradigma de un aislamiento que reduce la cantidad de sectores por los cuales apostar y que da cuenta del modo en que este factor ha sido transformado en oportunidad. La asociatividad forjada entre las pymes busca el desarrollo sustentable de un destino con amplias posibilidades para el turismo de intereses especiales: asentamientos de indígenas yaganes, glaciares deslumbrantes, bosques siempre verdes, humedales, la especie de pájaro carpintero más grande del mundo, lagos y fiordos. Hoy, gracias a sus habitantes y pequeños empresarios, esta tierra conserva su virginidad e invita a quienes quieran disfrutar de la naturaleza prístina a vivir una aventura única en el sur del sur.

Estamos en un tiempo propicio para asumir el desafío. El Salón del Turismo, en Espacio Riesco, será una instancia de encuentro para conocer las oportunidades y ofertas existentes en este sector, poniendo el centro en las Pyme.

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