Inauguran empresa internacional de Bulbos de Flor

Con el fin de aprovechar el crecimiento que experimenta el mercado de flores y bulbos de flor, se inauguró en Casablanca la empresa Vitro Centre Chile, VCC, una asociación entre la compañía holandesa VCI, Fundación Chile y la empresa Bioflora, quienes además contaron con los aportes de CORFO. La nueva empresa biotecnológica productiva y comercial posee la capacidad técnica e infraestructura para dar servicios de micropropagación de material genético procedente de Holanda, colocar la producción de bulbos engordados para el abastecimiento de empresas locales y potencialmente expandir las operaciones con un crecimiento basado en la incorporación de nuevos productores al rubro.

Según las palabras de los impulsores, cada una de las empresas asociadas aporta con sus fortalezas a VCC: la compañía tecnológica holandesa VCI es propietaria de la genética y know-how para el desarrollo de micropropagación de bulbos de flor, proporcionando acceso tanto al material genético de variedades protegidas por patentes como a la cadena de comercialización a nivel mundial liderada por los "breeders" y productores holandeses. Por su parte, el inversionista Fernando Viollier entrega su vasta experiencia en el ámbitos de los negocios, la compañía chilena Bioflora Chile S.A. cuenta con el recurso humano calificado y la técnica para desarrollar micropropagación en el país y Fundación Chile aporta su gestión estratégica de transferencia de tecnología, evaluación y articulación del negocio, integración de los agentes y el acceso al financiamiento para desarrollar el proyecto.

En marzo de 2019 VCC inició su operación productiva, multiplicando material genético de lilium y calas recepcionado desde Holanda. Con una inversión que bordea los US$ 2 millones, la empresa tiene una capacidad productiva inicial superior a 5 millones de bulbos anuales, pero se proyecta llegar a más de 10 millones al tercer año de funcionamiento. En un período de régimen, luego del cuarto año de funcionamiento, se espera que las ventas superen los US$ 2,3 millones.

Contra los holandeses

Entre los países productores de flores y bulbos de flor, Holanda es el gran controlador del mercado mundial, con una participación mayor al 56% en flores y 85% de las exportaciones mundiales de bulbos florales. Holanda a su vez, es el mayor productor de bulbos de flores con una superficie plantada de 22 mil hectáreas, destinada principalmente a su mercado interno de flores.

Holanda ejerce su control en este mercado mediante el desarrollo de nuevas variedades (protegidas mediante patentes de propiedad intelectual) y otorga licencias para su producción, con lo que controla la multiplicación de su material genético, la superficie plantada y toda la cadena de comercialización de bulbos y de flores de bulbo.

Sin embargo, debido a las altas exigencias medioambientales en Europa, a los altos y crecientes costos de la tierra y al elevado valor de la mano de obra, las empresas holandesas han concentrado su trabajo en la administración de licencias y en la comercialización, comenzando a derivar algunas fases de la cadena productiva fuera de Holanda, hacia terceros países.

En este contexto, Chile presenta ventajas comparativas en cuanto a clima, condiciones de temperatura y humedad, unido a un escenario sanitario inmejorable, que difieren de las existentes en Colombia y Ecuador, principales exportadores florícolas tradicionales de Sudamérica. Además, se cuenta con ventajas sobre otros países competidores como India, Portugal y Polonia, por una favorable relación costo/calidad de la mano de obra.

La posición de Chile en este mercado se encuentra en franca expansión en los últimos años, ubicándose ya entre los 10 primeros exportadores de bulbos del mundo. Las proyecciones apuntan a que de los US$ 10 millones que Chile exporta actualmente, las ventas de bulbos al exterior alcanzarán a US$ 100 millones en los próximos diez años, lo que en una industria que se supone manejará US$ 1.000 millones en el mundo, implicará una participación de Chile de un 10% en este mercado.

El proceso, paso a paso

La fase de multiplicación de bulbos en laboratorio in vitro se prolonga por alrededor de ocho meses, mientras que la etapa de engorda primaria bajo invernaderos dura entre ocho y diez meses. La de engorda en campo abierto requiere de otro período similar, lo que suma al menos tres temporadas para alcanzar las dimensiones requeridas para obtener un bulbo de calidad comercial para la producción de flores de exportación.

Los productores que prestan el servicio de engorda de bulbos reciben el material vegetal de parte de quien los contrata, realizando el cultivo y prestando servicios de poscosecha hasta la embarcación del producto. De hecho, el negocio exige una sólida estructura logística, dado que el almacenaje y transporte de bulbos utiliza cadena de frío y contenedores refrigerados por barco.

Cabe señalar que tanto el laboratorio como el invernadero, centros estratégicos de operaciones de la empresa, están ubicados en Casablanca, V Región, con el fin de aprovechar sus óptimas condiciones agroclimáticas y fitosanitarias, la concentración de productores florícolas en la zona y las ventajas de infraestructura logística y cercanías a puerto y aeropuerto.

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