Es factible disminuir la burocracia en América Latina

Es difícil ser emprendedor en América Latina. Según Cepal y Fundes, en los países de la región, es más largo, complejo y, a menudo, costoso abrir una empresa y realizar trámites para su funcionamiento diario, en comparación con el resto del mundo.

Este aspecto, se ha repetido en forma unánime en ocho países de América Latina, como obstáculo derivado del funcionamiento del Estado, al igual que deficiencias en infraestructura, servicios públicos y acceso al financiamiento.

En Brasil, por ejemplo, para realizar estos trámites son necesarios en promedio 152 días y en Venezuela 141; mientras que en Australia esas diligencias se pueden realizar en dos, en Canadá en tres y en Estados Unidos, en cinco.

En la región, los ejecutivos de nivel más elevado tienen que dedicar el 10% de su tiempo a la realización de los trámites legales necesarios para el funcionamiento de sus empresas, mientras que en el caso de los países desarrollados agrupados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ese valor es inferior al 3%.

Al mismo tiempo, apenas un 40% de los empresarios estiman que las interpretaciones (y por consiguiente las decisiones) por parte del sector público sobre las regulaciones, son consistentes y predecibles. Esto indica la presencia de un contexto de incertidumbre que afecta de manera negativa el clima de negocios.

La situación parece ser aún peor, cuando consideramos los trámites necesarios para abrir una empresa. En este caso la región se encuentra aún más rezagada, no sólo frente a los países de la Ocde, sino que también en comparación con otras regiones en desarrollo.

Experiencia esperanzadora

En la sede de Cepal presentamos los resultados del proyecto "Simplificación de trámites para la creación de empresas: La experiencia Fundes", publicación que resume los exitosos resultados de esta experiencia implementada en países de América Latina como Guatemala y Bolivia.

En Guatemala, el plan se implementó a nivel nacional y fue posible reducir los requisitos para la creación de empresas de 59 a sólo 9. La metodología para ello, consideró talleres para modificar la percepción de desconfianza hacia los cambios que puede darse entre los funcionarios públicos; uso de estrategias comunicacionales para el público interno y externo y actividades de monitoreo y evaluación.

La experiencia demostró que se pueden reducir los requisitos necesarios para la creación de una empresa a la mitad (y a veces a menos que la mitad), lo que es posible sin producir daños al bienestar de la población, por la presencia de requisitos innecesarios que, además, a menudo se duplican porque el proceso administrativo está subdividido entre distintas áreas y oficinas públicas sin coordinación entre sí.

De la misma manera se pueden eliminar más del 50% de los pasos que tenía que realizar el empresario para obtener el permiso de funcionamiento de su empresa y el resultado final de esta reingeniería de procesos, disminuyó los días necesarios para poner en marcha una empresa.

Actualmente Fundes incursiona en metodologías para simplificar otros dos aspectos vitales para la Pyme: el acceso al crédito y los trámites de comercio exterior.

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